Ximo Puig encarga a la Abogacía de la Generalitat y a la Conselleria de Sanidad que definan el marco legal que permita aplicar un confinamiento nocturno para proteger la salud de la ciudadanía. La medida busca limitar el principal foco de contagios: las reuniones de carácter social, los botellones y las fiestas privadas.