La tradición de aferrarse a San Emigdio en Almoradí se cumple con cada aniversario de aquel terremoto del 21 de marzo de 1829, que destrozó la población y acabó con la vida de unos 200 vecinos. Una fecha que se sigue manteniendo muy presente y que por circunstancias de la pandemia de la COVID-19, la rogativa se ha desarrollado de otra manera.