En estas fechas, los salineros se meten en la laguna rosa para darle forma, con sus propias manos, a los famosos barcos de sal. Manuel Sala y Miguel Pérez son los artesanos torrevejenses que mantienen viva la tradición, con la intención de que cada vez sean más los jóvenes que se familiaricen con ella para que no se pierda el día de mañana.