La supervivencia a los cinco años en menores de 15 años que han padecido un cáncer infantil ha mejorado progresivamente, a lo largo de los años, pasando de un 66,6%% en el período 1983-1999, a un 77,1% durante el período 2000 a 2009, alcanzando un 82% en el período 2010-2019, atribuyéndose en gran parte esta mejora a los tratamientos y diagnósticos precoces.