Con la llegada de Domingo de Ramos, el arte de palma blanca es más visible que nunca. Una tradición artesanal, que pasa de generación en generación, como es el caso de una familia de Redován, que sigue con el trenzado que inició Cándida Martínez.
Con la llegada de Domingo de Ramos, el arte de palma blanca es más visible que nunca. Una tradición artesanal, que pasa de generación en generación, como es el caso de una familia de Redován, que sigue con el trenzado que inició Cándida Martínez.