La campaña de cítricos ha arrancado condicionada por el final de la anterior, donde alrededor del 30% de las naranjas se quedaron sin recoger ante la imposibilidad de comercializarlas. Ahora, pasan facturas las abundantes lluvias de la primavera, las elevadas temperaturas del verano y el retraso en la recolección de la fruta ocasionado por la situación del mercado. Todo ello ha provocado una merma generalizada de los cítricos en la provincia de Alicante.