Como cada 8 de diciembre, la Purísima volvía a pisar las calles de Torrevieja. Lo hacía recuperando la intensidad previa a los años de pandemia. Un recorrido que cruzó las principales vías de la ciudad y que fue seguido por cientos de personas. Canto coral, castillo de fuegos artificiales y pétalos de flores cayeron de los balcones al paso de la patrona.