En verano, los helados son tradición y se modernizan a las necesidades y gustos de los clientes. Nuevos sabores a probar que parecen no tener límites y que conviven con los clásicos de siempre, ya sea en tarrina o en barquillo.
En verano, los helados son tradición y se modernizan a las necesidades y gustos de los clientes. Nuevos sabores a probar que parecen no tener límites y que conviven con los clásicos de siempre, ya sea en tarrina o en barquillo.