La fachada de la Iglesia de Santiago Apóstol de Orihuela es testigo cada solsticio de verano de un fenómeno único que cada año atrae a más curiosos para contemplar en primera persona el “misterio de la lechuza”.
La fachada de la Iglesia de Santiago Apóstol de Orihuela es testigo cada solsticio de verano de un fenómeno único que cada año atrae a más curiosos para contemplar en primera persona el “misterio de la lechuza”.