Al borde de la ruina. Es la situación que dicen atravesar cinco empresas alicantinas, entre las que hay cuatro de la Vega Baja. Denuncian un impago de unos 265.000 euros por parte de una constructora pese a que han participado en un proyecto rentable de rehabilitación de dos urbanizaciones en San Miguel de Salinas que quedaron abandonadas tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.